FUENTE: Juan Javier Ríos /EFEAGRO

El campo intenta adaptarse al estado de alarma siguiendo las medidas pertinentes, como el uso de mascarillas o la distancia. Otras, como el desplazamiento a las explotaciones, genera más problemas y dudas.

España lleva algo más de dos días en estado de alarma y el campo intenta adaptarse siguiendo las medidas pertinentes, como el uso de mascarillas, la distancia de seguridad o los guantes, aunque hay otros asuntos, como el desplazamiento a las explotaciones, que generan más problemas y dudas.

Es lo que se desprende de una consulta realizada por Efeagro a las organizaciones agrarias en la primera jornada de trabajo efectivo tras decretarse ese estado que coincide con campañas a pleno rendimiento, por ejemplo, en el caso de la producción en invernaderos de pepino, berenjena o tomate.

Así lo indica la secretaria general de Asaja Almería, Adoración Blanque, quien no ve problema en que los agricultores y asalariados mantengan la distancia de seguridad de un metro gracias a los espacios en los que trabajan.

Así lo indica la secretaria general de Asaja Almería, Adoración Blanque, quien no ve problema en que los agricultores y asalariados mantengan la distancia de seguridad de un metro gracias a los espacios en los que trabajan.
En su zona el uso de guantes y mascarillas no está generalizado porque “escasean” y, de hecho, lo están utilizando aquellos productores que ya las tenían para su labor rutinaria.

Los desplazamientos a las fincas y los centros de producción son los que generan más dudas y problemas porque el real decreto del Gobierno pide que se realicen de uno en uno, y eso en el campo no es fácil de cumplir.
Hay cierta confusión y Blanque ha señalado que por el momento lo que han hecho es reducir el número de personas por furgoneta e intentar mantener las distancias mínimas dentro del vehículo.

 

El responsable del sector hortícola de COAG, Andrés Góngora, se ha expresado en unos términos parecidos, subrayando que es en las empresas de comercialización y en las centrales hortícolas donde se está prestando especial atención, ya que hay más niveles de concentración de trabajadores que en el campo.

En estas ubicaciones se están usando mascarillas, guantes, desinfecciones entre turnos y separando a los trabajadores para que mantengan la distancia de seguridad, además de controlar “mucho” las condiciones de acceso a esos centros.

Lo que “preocupa” y por ello piden aclaraciones a las autoridades es también cómo desplazarse: “normalmente” los empleados viajan agrupados por lo que “la limitación de una persona por vehículo nos afecta”. Han consultado a “varios” puestos de la Guardia Civil y “nos dicen que dentro del vehículo extrememos la precaución y que nos pongamos las mascarillas al subirnos en el coche”. Por otro lado, el transporte colectivo en buses a explotaciones o cooperativas se ha reducido a la mitad de la capacidad para mantener las distancias, según su información.

Por parte de UPA, su secretario general, Lorenzo Ramos, ha puesto el foco en las pequeñas explotaciones que “no están teniendo problemas excesivos” por esta situación: los alimentos “están saliendo de las zonas” de producción. Al igual que Góngora, Ramos incide en que a pie de campo no hay inconvenientes para mantener distancias y, en cuanto al transporte, tampoco ve problema en desplazarse de uno en uno si son pequeñas granjas.

En un aspecto que ha reparado es en la prohibición de que se celebren los mercadillos locales de productos por la aglomeración de personas: pide a las autoridades que articulen la forma de establecer medidas de seguridad pero no suspenderlos por la importancia económica que tienen entre los pequeños agricultores.